Historias y poesías. Como no sé expresarme de otra manera, escribo. Son sentimientos y estados de ánimo. Fragmentos de mi cuaderno donde escribe mi verdadero yo.

domingo, 29 de julio de 2012

Pesadilla, taquicardia y Lucifer


Esta es la historia de mi pesadilla del Lunes 11 de Junio del 2012. En la que con solo contarla se me erizan los pelos, la barba y mis músculos se contraen. Llegó al punto de ser tan real que no sabía cual era el sueño:

Era un Viernes, de otoño. Salía del colegio, e iba a visitar a mi primo a tomar mate y comer bizcochos. Todo iba bien. Era un día normal... un sueño normal.
Estaba mi tío Charly y mi tío Artu. Chris no salía de laburar, caía a eso de las 6. Tomábamos mate mientras el sol se escondía detrás de los arboles. Teníamos la companía de Jack, el perro de mis abuelos.
Minutos más tarde, Artu se levanta para ir al baño. Chris, llega de laburar. Nos sentamos y conversamos tanto (No sé de que) que nos habíamos olvidado de la presencia de Arturo en la casa. Mi tío me dijo que valla a buscarlo.
La cosa es que voy a buscarlo... en el baño no estaba, pero detrás del dormitorio de mi primo se asomaba una luz tenue y tímida (Al contar esto y en entrar en detalles se me pone la piel de gallina) no se escuchaba nada. Con algo de temor... abrí la puerta. Sentí que algo no andaba bien al ver que Artu no me estaba mirando. Sentí... como hormigas invisibles caminaban en mi cuerpo, podía sentir como el miedo se apoderaba de mi cuerpo y mente. Al darse vuelta Arturo miraba sin ver. Sus ojos eran blancos como la Luna. Él no era Arturo, él no era mi tío. Podía percibir un leve intento de hablarme, pero solo eran gemidos, como si alguien le estuviera oprimiendo el pecho. Después de un segundo intenta agarrarme... lo esquivo desesperado y cuando cae hizo un ruido seco, quedé petrificado, no entendía nada.... Desperté agarrado a mi cama, duro, con la espalda dormida, el corazón que no paraba de latir y con el sudor frío que se paseaba por mi cara. No entendía nada, no sabía si era un sueño o un deja vu. Eran... las cuatro de la mañana del Martes 12 de Junio. No pude volver a dormir.

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