Portazos sin viento (Paranoia)

Creo que me estoy volviendo paranoico, atrás mío siempre hay alguien que nunca me animé a mirar, algo que suspira cuando cierro los ojos, alguien que me llama cuando estoy a punto de dormirme. Un enojo, un portazo, la caída de un objeto, un corte de luz...
¡PUM!
Desperté sobresaltado, miré la ventana, estaba cerrada, no había viento tampoco. No era necesario mirar la puerta... ya conocía los ruidos de mi casa. Son las tres de la mañana y un portazo acaba de levantarme.
Las maderas parecen estar burlándose de mí ya que al acomodarse simulan los pasos de alguien. Mamá no quiere que fume en mi cuarto, pero ¿Qué más da? estoy muy nervioso y todo por ese estúpido portazo.
Tres y media... el tiempo pasa demasiado lento, de repente otro portazo, esta vez del baño, carajo, la puta madre, me levanté para trabarla y en eso escucho una voz que me habla desde la oscuridad del cuarto de mi hermano. Ignorando eso, me prendí otro cigarrillo y me acosté transpirado, al acostarme me dí cuenta que dejé la puerta abierta, pero era imposible que se cerrara ya que todas las ventanas de la casa estaban cerradas. Al despertarme, la puerta estaba cerrada.
Mis hermanos no fueron... ¿Pa vos cerraste la puerta de mi cuarto no? -No... (miré a mamá y se anticipó) yo tampoco.

¡PUM!

Filo

Soy un peón más.

Un soldado sin armas en el medio de una guerra.

Una hoja marchita de otoño en pleno invierno.

Hace tiempo que no salgo en busca del sol.

Derritiéndome en el encierro y chocando con paredes de acero.

Siguiendo los mismo pasos, todos los días.

De acá para allá, sin allá.

Sin futuro, y desaparecido en el presente.

Olvidado por aquellos que dicen que me quieren.

Queriendo a los que me odian,

Y odiando al que no lo merece.

¿De verdad buscas algo?

O solo pretendes que estás acá con un motivo.

Pero hay algo que te vengo preguntando hace años,

Y me respondes con otra pregunta, o una respuesta sin sentido.

-Señor… voy a pedirle que deje de escribir la mesa. 

Lunita buena, Lunita mala

Ya pasaron años y te cuesta estar parada,
ya no jugas ni corres tanto como antes.
Lo último que se apaga y no cambia es tu mirada,
Lunita buena, Lunita mala.

Las primeras cicatrices me las dejaste vos,
aprendiste a querernos, nos entregaste el corazón.
A pesar de no hablar decías más que palabras,
Lunita buena, Lunita mala.

Cerras esos ojos y te recostas en la hierba,
dejas que el viento juegue con tu pelo un rato.
Te acaricio y mueves la cola,
y me miras con esos ojos oscuros.

Guardas secretos como nadie,
siempre fiel.
Lunita buena, Lunita mala.

Ojalá llueva, quiero encerrarme y tener excusas para hacerlo. Sentado en mi cama y escuchar el silencio. Sin televisión ni radio prendida. Apagarme y olvidarme del mundo sólo por un par de minutos. Sin que nadie me llame ni necesite nada de mí.
Ojalá llueva... y la lluvia se lleve todo. Limpie mi cuerpo, las cenizas y algunos recuerdos.

Quizás me venga bien viajar, viajar lejos. Dónde todo sea más verde, y lo único que vea sea el arco iris  o el reflejo de tu cara al lado de la mía en un río. O quizás nada de eso me haga bien, tal vez no necesite nada más que seguir caminando como todos los días.

Ojalá llueva... ojalá.

Espacio

Estoy en un espacio en blanco donde no hay nada más.

Quizás deba salirme. Pero no encuentro motivación alguna.

Poco me preocupa mi futuro. Pero quizás cuando llegue piense en el.

Espero que no me convierta en ceniza sin haber encontrado un propósito para buscarte y haber llegado tan lejos.

Todo es tan verde… y de un minuto para otro pasa a ser negro.

En un cerrar y abrir de ojos puedo cambiar, volverme oscuro y un poco raro para vos.

Me hundo en un silencio incomodo donde se pelean mis emociones.

A veces quiero quedarme dormido en el aire, suspendido sin sonido alguno.

O que me lleve el viento.

Me odio a mí mismo cuando me veo como actúo.

Me cuesta quererte un poco menos.

Pero hay veces que se me hace fácil odiarte.

Lucho con mi abstinencia de todos los días

De no mirar atrás.

Y admitir que el tren pasó. 

Distorsión

Distorsión, distorsión en el aire cuando suena la música. Se forma un dibujo que rompe el viento y ya no hace falta mover la boca para hablar.

Dame un lápiz y una hoja, con eso basta para liberarme.

Quédate sentada o escondida da igual, yo te imagino, y por ahí de vez en cuando entre la tarde del domingo y la madrugada del lunes me salga algo para vos.

Escucha los pájaros que indican que está amaneciendo. Escucha el agua correr, escucha el aire…

Trata de entender la naturaleza humana. Y romper con esa rutina.

Se me haría mucho más fácil que me odiases así no tengo razones para hablarte o escucharte. Porque no hace falta una razón para mirarte. Por eso se hace difícil… mantenerme callado cuando miles de palabras quieren saltar.

Distorsión en la emoción y en el sentimiento. Sueños abstractos pero igual siempre resalta el eco de tu voz. 

Viernes de caída libre

Mañanas rojas

Tardes negras

La noche ya no existe

Lluvia dentro de mi mente

Niebla en mis ojos

El sol

Tu mirada

Sólo

Quizás un poco confundido

Todos buscamos un porque

Pero el porque nos encuentra cuando menos lo esperamos

El arco iris se esconde detrás de tu espalda

Y detrás de mí

Sin vos

No hay nada

Busco algo

Pero no sé que

Encuentro cosas que no espero

Y tampoco quiero

Entonces después de todo

Pregunto al cielo negro

Opacado por nubes

Anestesia de estrellas

¿Por qué? 

Esperame.

Maldita falta de inspiración. Odio mi capacidad escasa, mi poca imaginación. Cuando me siento a escribir se me nublan las ideas, algunas se pierden. Qué confuso que es todo, ya ni sé porque estoy acá.

Me maquino la cabeza más de lo que debería, pienso más y actúo poco.

Me odio a mí mismo por no querer mucho a personas que quiero querer. Siento que me voy a quedar sólo de un día para otro.

Detesto mi bipolaridad, perdóname. Nunca vas a llegar a entenderme, te puedo querer como te puedo odiar el mismo día, o mismo en un lapso de una hora.

No controlo mi enojo, ni siquiera entiendo la razón por la que me enojo. No llego a entender mi propio funcionamiento, no comprendo mi mente, odio el tiempo.

No puedo estar dos segundos sin escuchar tu voz. Odio los silencios incómodos. Odio no tenerte.

¿Qué?

No me entiendo. No te entiendo. Y no me entienden.

 Puedo llorar cuando apagan la luz y gritar cuando nadie hable, sabiendo que no me escuchan. Es la única manera en la que un sentimiento se me escapa, cuando nadie está, cuando sólo soy yo y el sonido del viento chocando con mi ventana.

Dí todo… ¿Y esperas más?

Ya no sé que buscas, no sé que busco. No me entiendo y no me entendes. Te odio, y eso a vos no te importa.

Despertarse

Desperté. Después de un largo tiempo de transe, con los ojos cerrados.

Desperté, gracias a tus gritos, que gritaban mi nombre separando el viento.

El día está opacado por nubes. Y la soledad… la soledad sigue ahí, esperándome hambrienta y sedienta.

¿Qué esperas? ¿Qué más queres de mí? Ya desperté.

Miré por la ventana queriendo no ver. Pero la curiosidad me abrazó, y el deseo de saber que me esperaba al salir por la puerta se me hacía irresistible.

Hice el primer paso para seguir la rutina de todos los días. Mismo café, misma cantidad de cigarrillos, las mismas caras, las mismas voces, siguen las nubes, nunca llueve, pero siguen las nubes. Y tus ojos… tus ojos ya no me miran, se apagaron, no quieren abrirse.

¿Qué me esperará mañana? Seguramente lo mismo que hoy y que ayer. Lo mismo de todos los días. Buscando lo que busco todos los días. Esperando nada, queriendo todo.

Voy a caminar lejos, hasta saber que estoy en un lugar que no conozca, del que no vuelva. Donde la música sea el aire, y el sol tu voz. 

Buenos días. ¿Cómo estás hoy? 

Locura de insomnio

Sólo es un día gris. En el que se me apagan los brazos… y estoy cansado. Sólo es que esta vez mi cuerpo es más débil. Tu ausencia alimenta el frío y la ansiedad, las ganas de gritar. Nunca, creo, que nunca voy a poder soltarme del hilo que me ata a vos. Se hace difícil olvidarte diez minutos, se hace casi imposible no mirarte.

Sentado en una esquina, en silencio… escondido del sol. Inventando mil razones y colores, para llegar a vos.

Imaginé un mundo distinto, como el que hay en mis sueños, así sólo de delirios que entiendo yo.

Solamente te extraño cuando no hablas, el tiempo pasa lento y se hace insoportable cuando estás callada. Se apaga la luz, y me encuentro con tu mirada, que pesa como una mochila cargada de piedras.

No puedo dormir. Porque seguro… hoy también te sueño. 

Sueño apagado

Se cae la esperanza,

Tu voz desaparece.

El tiempo me corre,

Mis espacios se achican.

No hay palabras que expliquen,

Las sensaciones que pasan por mi cuerpo.

Anestesiado por la locura,

Con miedo de tanto pensar.

Quedé dormido en una nube negra.

El control, ya no está en mi cabeza,

Ya no soy yo el que maneja mi cuerpo.

El frío es psicológico,

Aparece cuando vos no estás.

El dolor que paraliza mis movimientos,

Sí…Estoy en un transe de bipolaridad.

Y se escucha que alguien me llama,

Pero yo sólo escucho ecos.

Luces que se prenden,

Miradas que se apagan.

Sólo duermo con los ojos abiertos,

Ya que mi vida es un sueño

Paralelo a tu mundo. 

...

Todos estos días que están pasando
extasían mi cuerpo,
me hacen más viejo.

Todos se define a mi suerte,
ya no hay cartas para este juego.

La experiencia de mis años no sirve de nada,
hay una luz que amaga a prenderse
pero con la lluvia se apaga.

Mi esperanza es ceniza que se pierde con viento,
mi pasión es mentira...
mi alma vacía
mi boca está seca.

Soy un cobarde que no pelea por lo que quiere,
me escondo en los brazos de la vergüenza,
me abrazo al vicio de perder.

Al límite de todo,
con miedo a perderme
en los caminos de la depresión.
De lado y cada vez más lejos de vos,
buscando una anestesia para mí,
para apagarme.

Espejos

Observa el paisaje,
contempla el tiempo,
aprovecha el espacio
para ver cuanto cambiaste,
cuantas veces reíste,
cuantas veces lloraste.

Te voy a llevar donde
no haya quien hable
y te abriré los ojos
sin preguntarte.
Y te vas a ver en
un espejo de carne y hueso,
y comprobarás que no somos diferentes.

¿Cómo te sentís?

Ya no soy yo...
me siento desnudo
cuando veo que todos crecen,
y yo en mi mundo,
otra realidad.

Nadie está cuando lo necesito,
cada vez estoy más de lado, más confundido.
Busco una respuesta para mil preguntas,
y sos vos, si sos vos, cada vez que pienso...
sos vos.

Principio suicida

Nacimos sin elegir
un motivo por el cual vivir.
Somos esclavos de la ignorancia, presos del amor...
hijos de la vida, delirios de Dios.

Jugamos un juego,
a pesar que sabemos
que lo vamos a perder.

Nos enamoramos de la vida,
y después la odiamos.

Vivimos preguntándonos
porque estamos acá

Somos dos almas sin amor,
lo perdimos
cuando maduramos
cuando crecimos.

Vivo buscando el verso perfecto
para describirte en una sola poesía.

Nos abrazamos a la soledad,
la abstinencia
a nuestros vicios,
negamos la realidad.

Aveces la mentira,
es mejor que la verdad.
Sólo aveces.

Creemos que el amor es la puerta
para salir de la depresión.
Pero nos equivocamos
y pagué caro las consecuencia.

Luchamos sin razón.
Buscamos llenarnos con algo.

Volcamos, caímos,
y lo que sobra es risa.

Los lunes muero,
pero a la noche vuelve mi vida.

Nos drogamos para olvidarnos
que el mundo existe.

Cambiamos y nos consumimos.
Rompemos espejos,
quemamos el tiempo.
Día tras día
estamos más viejos
y golpeados por la rutina.

Soledad, abstinencia,
y mi corazón suicida,
libertad, expresión y maldita vida.

Soy el hombre sin

Historia, pero con final.

El puño cerrado

Que se abre a la luz.

Soy un cigarrillo,

Olvidado en un cenicero negro.

Encerrado por meses en

La oscuridad de mi cuarto.

Soy un perro…

Joven para el resto,

Pero viejo, muy viejo por dentro.

Soy el pájaro que siempre quiso volar…

Sin alas.

Un verso ausente

En una poesía sin sentido.

Las cenizas del tiempo,

Que al pasar los días se olvida.

Un idiota…

Que no sabe como llevar su vida.

No necesito ayuda,

Ni consejos.

A veces amigos,

Otras soledad.

La vida es corta

Y larga a la vez.

Pero uno se cansa de bailar.

Soy las lágrimas del cielo

Y la lluvia de tus ojos.

Un espejo roto del pasado,

Solo soy un fantasma olvidado

Pesadilla, taquicardia y Lucifer

Esta es la historia de mi pesadilla del Lunes 11 de Junio del 2012. En la que con solo contarla se me erizan los pelos, la barba y mis músculos se contraen. Llegó al punto de ser tan real que no sabía cual era el sueño:

Era un Viernes, de otoño. Salía del colegio, e iba a visitar a mi primo a tomar mate y comer bizcochos. Todo iba bien. Era un día normal... un sueño normal.

Estaba mi tío Charly y mi tío Artu. Chris no salía de laburar, caía a eso de las 6. Tomábamos mate mientras el sol se escondía detrás de los arboles. Teníamos la companía de Jack, el perro de mis abuelos.

Minutos más tarde, Artu se levanta para ir al baño. Chris, llega de laburar. Nos sentamos y conversamos tanto (No sé de que) que nos habíamos olvidado de la presencia de Arturo en la casa. Mi tío me dijo que valla a buscarlo.

La cosa es que voy a buscarlo... en el baño no estaba, pero detrás del dormitorio de mi primo se asomaba una luz tenue y tímida (Al contar esto y en entrar en detalles se me pone la piel de gallina) no se escuchaba nada. Con algo de temor... abrí la puerta. Sentí que algo no andaba bien al ver que Artu no me estaba mirando. Sentí... como hormigas invisibles caminaban en mi cuerpo, podía sentir como el miedo se apoderaba de mi cuerpo y mente. Al darse vuelta Arturo miraba sin ver. Sus ojos eran blancos como la Luna. Él no era Arturo, él no era mi tío. Podía percibir un leve intento de hablarme, pero solo eran gemidos, como si alguien le estuviera oprimiendo el pecho. Después de un segundo intenta agarrarme... lo esquivo desesperado y cuando cae hizo un ruido seco, quedé petrificado, no entendía nada.... Desperté agarrado a mi cama, duro, con la espalda dormida, el corazón que no paraba de latir y con el sudor frío que se paseaba por mi cara. No entendía nada, no sabía si era un sueño o un deja vu. Eran... las cuatro de la mañana del Martes 12 de Junio. No pude volver a dormir.

Vida Y Fantasía

No quiero saber que perdí el tiempo,

cuando el tiempo está perdido.

No quiero saber si mi vida fue el sueño,

de alguna persona que estaba loca.

No quiero ser una hormiga más del hormiguero,

yo sé que al mundo le importa un bledo,

si a esta hormiga la pisan.

No sé porque volamos,

si algún día las alas se van.

Yo soy de esas personas,

que junta las hojas

cuando en el otoño caen.

No quiero despertar,

de esta fantasía.

Yo sé que cuando despierte

comenzaré a vivir mi vida.

Yo soy de esas personas,

que luchan a pesar

de que la batalla esté perdida.

La Palabra De Los Locos

Estamos sentados en el aire,

donde no hay nada.

Estamos ocultos en un desierto,

que algunos llaman ciudad.

Volamos cuando hay sol,

y nos llenamos la cabeza cuando llueve,

con la televisión.

Nos suicidamos los domingos cuando hace frío.

Usamos la locura como nuestro abrigo.

Sentimos lo que nadie siente,

decimos palabras que nadie entiende.

Descubrimos un mundo nuevo,

detrás de las nubes.

Este es mí mundo.