Esta es la historia de mi
pesadilla del Lunes 11 de Junio del 2012. En la que con solo contarla se me
erizan los pelos, la barba y mis músculos se contraen. Llegó al punto de ser
tan real que no sabía cual era el sueño:
Era un Viernes, de otoño.
Salía del colegio, e iba a visitar a mi primo a tomar mate y comer bizcochos.
Todo iba bien. Era un día normal... un sueño normal.
Estaba mi tío Charly y mi tío
Artu. Chris no salía de laburar, caía a eso de las 6. Tomábamos mate mientras
el sol se escondía detrás de los arboles. Teníamos la companía de Jack, el
perro de mis abuelos.
Minutos más tarde, Artu se
levanta para ir al baño. Chris, llega de laburar. Nos sentamos y conversamos
tanto (No sé de que) que nos habíamos olvidado de la presencia de Arturo en la
casa. Mi tío me dijo que valla a buscarlo.
La cosa es que voy a
buscarlo... en el baño no estaba, pero detrás del dormitorio de mi primo se
asomaba una luz tenue y tímida (Al contar esto y en entrar en detalles se me
pone la piel de gallina) no se escuchaba nada. Con algo de temor... abrí la
puerta. Sentí que algo no andaba bien al ver que Artu no me estaba mirando.
Sentí... como hormigas invisibles caminaban en mi cuerpo, podía sentir como el
miedo se apoderaba de mi cuerpo y mente. Al darse vuelta Arturo miraba sin ver.
Sus ojos eran blancos como la
Luna. Él no era Arturo, él no era mi tío. Podía percibir un
leve intento de hablarme, pero solo eran gemidos, como si alguien le estuviera
oprimiendo el pecho. Después de un segundo intenta agarrarme... lo esquivo
desesperado y cuando cae hizo un ruido seco, quedé petrificado, no entendía
nada.... Desperté agarrado a mi cama, duro, con la espalda dormida, el corazón
que no paraba de latir y con el sudor frío que se paseaba por mi cara. No
entendía nada, no sabía si era un sueño o un deja vu. Eran... las cuatro de la
mañana del Martes 12 de Junio. No pude volver a dormir.