Sólo es
un día gris. En el que se me apagan los brazos… y estoy cansado. Sólo es que
esta vez mi cuerpo es más débil. Tu ausencia alimenta el frío y la ansiedad,
las ganas de gritar. Nunca, creo, que nunca voy a poder soltarme del hilo que
me ata a vos. Se hace difícil olvidarte diez minutos, se hace casi imposible no
mirarte.
Sentado
en una esquina, en silencio… escondido del sol. Inventando mil razones y
colores, para llegar a vos.
Imaginé
un mundo distinto, como el que hay en mis sueños, así sólo de delirios que
entiendo yo.
Solamente
te extraño cuando no hablas, el tiempo pasa lento y se hace insoportable cuando
estás callada. Se apaga la luz, y me encuentro con tu mirada, que pesa como una
mochila cargada de piedras.
No
puedo dormir. Porque seguro… hoy también te sueño.
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